Una marca de productos para la limpieza suele ser un lugar donde los roles de género se perpetúan cuando no existe una reflexión sobre lo que se quiere comunicar. Por suerte, en Todo Brillo estaban dispuestos a escapar de la imagen del ama de casa perfecta para abrazar los retos reales que enfrentan día a día quienes administran un hogar.
Con mucha libertad, nos permitimos meternos en la cabeza de los consumidores y explorar de manera humorística las situaciones cotidianas a la hora de limpiar. Así, creamos contenidos vivenciales que fueron recibidos con entusiasmo por el público de Todo Brillo, quienes aceptaron con gusto la nueva voz de la marca.